Friday, October 21, 2011

Exigen higiene sólo a los cuentapropistas?

¿Exigen higiene sólo a los cuentapropistas?
Jueves, 20 de Octubre de 2011 12:15
Aimée Cabrera

Centro Habana, La Habana, 20 de octubre de 2011 (PD) La esquina de las
calles Reina y Águila luce atestada de personas. Varios kioscos
estatales y de cuentapropistas compiten en la venta de fiambres. Un
negro con acento oriental pregona toallas. Otros venden caramelos y
altcucuruchos de maní. Un granizadero despacha hielo picado con sirope
de limón o naranja en vasos desechables. Varias personas que esperaban
el ómnibus mitigaban con granizado la sed del mediodía. Entonces
repararon en un hombre de aspecto sucio que recogía del suelo los vasos
desechables.

"Cuando salgo a la calle con mis nietos, llevo cucharas, vasos y hasta
pomos de agua hervida, porque La Habana está que da asco. Hay que tener
cuidado con lo que venden por ahí, he visto gente que sacan pomos y
otros envases de la basura y luego los revenden", comenta una mujer que
espera una guagua que tarda más de lo habitual.

Los aproximadamente 50 700 trabajadores por cuenta propia dedicados a la
venta de alimentos están obligados a tener una licencia sanitaria. La
legislación vigente especifica cinco variantes: cafeterías, paladares,
servicios a domicilio, ambulatorio y elaboradores-vendedores de vino.

Las personas interesadas en desempeñarse en estas actividades deben
presentar sus solicitudes en las unidades municipales de Higiene,
Epidemiología y Microbiología. Después de la inspección sanitaria a los
futuros locales de trabajo, el permiso podrá obtenerse en un plazo de 7
días hábiles a partir de la entrega de la petición. Para la misma, se
exige también una certificación médica que avale el estado de salud
física y mental de los aspirantes.

Una vez otorgada la licencia sanitaria, el local es inspeccionado
periódicamente, según el tipo de actividad y en función del riesgo
epidemiológico. En caso de presentarse condiciones sanitarias de riesgo
a la salud de la población, los inspectores retiran la licencia y
comunican el hecho a las direcciones de Trabajo y Seguridad Social
correspondientes.

Las autoridades de Salud Pública tienen en cuenta aspectos de especial
cumplimiento tales como mesetas y mesas de trabajo con superficie lisa e
impermeable; la utilización de pinzas para la venta de alimentos; la
desinfección sistemática de equipos y utensilios de cocina; la higiene
de los envases donde se almacenan, elaboran y envasan los alimentos y la
verificación de la procedencia de las materias primas.

La resolución 240 del año 2011 detalla como en el caso de los vendedores
ambulantes sólo se les autoriza a vender los alimentos considerados como
de bajo riesgo epidemiológico: el maní tostado y en tabletas, las
chicharritas (de plátano o boniato, envasado en bolsitas plásticas),
caramelos, rositas de maíz; productos derivados de la harina sin
rellenos de carne, cremas o merengue; dulces secos y otros alimentos
ligeros que no requieren condiciones especiales para su conservación.

Se prohíbe mezclar productos crudos con los listos para el consumo, la
venta de mayonesa casera, de pescados y mariscos sin cocción y la
tenencia de animales vivos en el punto de venta. También se prohíbe
trabajar a personas que padezcan enfermedades respiratorias, digestivas
o lesiones de la piel. El punto de venta no puede estar cerca de
obstrucciones del alcantarillado o desbordamiento de residuales líquidos
o sólidos.

"Tuve que cerrar mi cafetería. Hice la meseta, que me costó carísima,
trabajaba como una loca, apenas dormía, pero en esta zona hay poca agua
y no me permitieron que tuviera agua almacenada. Todo brillaba, pero a
ellos no les importó", refiere una mujer que perdió su licencia.

Sin embargo, hay que ver las condiciones en que se venden alimentos en
algunos establecimientos estatales de La Habana.

En la calle Obispo, cerca de la esquina con Aguacate, un dependiente
despachaba arroz frito de una fuente que no tenía tapa, mientras usaba
un periódico enrollado, a modo de abanico, para espantar las moscas.

En El Lazo de Oro, una cafetería estatal en la calle San Lázaro, las
empleadas lo mismo venden cigarros al menudeo que despachan sin pinzas
panetelas que atraídas por el merengue, son pasto de las moscas.

Más arriba, en Infanta entre San Lázaro y Jovellar, una joven fríe
croquetas en un aceite renegrido y luego las deposita en una bandeja de
aspecto deprimente.

"Con ellos (los estatales) nadie se mete, hacen lo que quieren y no pasa
nada", comenta una cuentapropista.

Conservar la higiene debe ser vital, no sólo para los cuentapropistas,
sino también para los dependientes estatales, para no exponer a los
comensales a enfermedades estomacales que pueden hasta poner sus vidas
en peligro.

aimeecabcu2003@yahoo.es

http://primaveradigital.org/primavera/sociedad/sociedad/2522-iexigen-higiene-solo-a-los-cuentapropistas

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