Monday, December 12, 2011

Sushi en La Habana

Cocina

Sushi en La Habana
Rebeca Monzó
La Habana 12-12-2011 - 10:20 am.

Uno va al restaurante 'La Casa', y no puede evitar imaginarse cómo será
de próspero el país el día en que se acaben las restricciones.

Seis de la tarde. Cámara en mano llego al restaurante privado La Casa,
cuyos dueños, Silvia y Manolo Robaina, me reciben, previa cita, para
recorrer la instalación y participar en los preparativos de sus ya
afamados "Jueves de Sushi".

Fundado el 3 de agosto de 1995, este restaurante, sito en la Calle 30 #
865, e/26 y 41, en el habanero barrio de Nuevo Vedado, lleva ya
dieciséis años prestando un excelente servicio.

Comenzaron el negocio María (la Mamma), Manolo y Silvia, aportando ésta
la casa materna como local, él la vasta experiencia que lo precedía como
capitán de los mejores restaurantes capitalinos.

A este ambiente familiar, famoso ya por brindar cada día exquisitos
platos internacionales y criollos, se añade ahora, cada jueves, la
deliciosa comida oriental; el exotismo de la cocina japonesa y la
destreza de los cubanos para confeccionarla.

Los hijos de Manolo y Silvia, Alejandro y Karina, adultos ya, han
asumido con responsabilidad y dedicación el negocio familiar. El lugar
que ocupaba María —nonagenaria de magnífica salud— es actualmente
asumido, con iguales habilidades, por su bisnieta, quien creció en el
restaurante, que fue la propia casa durante los años en que no se podía
alquilar o comprar un local para este ni ningún otro fin: todos
convivían entonces en la que siempre fue hermosa y espaciosa vivienda,
convertida en próspero negocio.


Entro en la cocina y veo a Klaus, joven y experimentado chef,
especializado en comida asiática, en plena faena. Me comenta que desde
que asumió el oficio, en 2004, siempre sintió una especial atracción por
la comida oriental. Anteriormente transitó por algunos de los mejores
restaurantes estatales del país. Hasta que fue captado por Alejandro, el
hijo menor del matrimonio Robaina, quien ha demostrado, a pesar de su
juventud, haber heredado de su padre el buen ojo para el negocio.
Asimismo, Karina, su hermana, muestra la habilidad y el conocimiento
heredados desde hace cuatro generaciones.

El ambiente del local se renueva todos los jueves. Los empleados se
mueven entre las mesas, cambian manteles, adornos y vajilla hasta lograr
una atmósfera oriental donde predominan el rojo y el negro. Los platos
cuadrados, blancos con bordes negros, anticipan la delicia de la que más
tarde serán portadores. En ocasiones especiales, las jóvenes de la
familia sirven las mesas ataviadas con kimonos típicos.

Una gran mesa vestida con la elegancia y sencillez del Zen, colocada
frente a una de las cascadas que adornan el local, exhibe un sinnúmero
de productos importados directamente por la familia: jengibre, nori
(algas negras), wasabi, mirin (vino de arroz sin alcohol), y demás
ingredientes, así como las fuentes con pescado fresco, camarones, aves,
carne de res y de cerdo, verduras, y otros ingredientes que esperan por
las expertas manos de Klaus para convertirse en exquisitos manjares:
sopa de miso, tsukemono de vegetales, onigri, makisushi,sashimi,
tempura, tori no karaage, katsudon, por solo mencionar algunos.
Acompañados, por supuesto, por los mejores vinos, teriyaki, osake y te
verde.

Entre sus muchos reconocimientos internacionales, este restaurante o
paladar posee el otorgado recientemente por TripAdvisor, como el primero
entre los casi cien encuestados del país.

A las 7 y 30 de la tarde, ya casi todas las mesas estaban ocupadas. La
mayoría de los clientes son extranjeros hospedados en los mejores
hoteles de la capital. Han reservado sus turnos previamente por Internet.

Llega finalmente el momento de desplazarme a un rinconcito del salón,
donde me sirven un poco de todo lo ofertado esa noche, para hacer la
degustación. Los precios oscilan entre los 8.00 y 15.00 CUC por
comensal, sin incluir bebidas.

Salí plenamente satisfecha al ver a aquellos amigos cuyos hijos vi
crecer, convertidos en copropietarios de un magnífico negocio. Uno no
puede evitar imaginarse cómo será de próspero nuestro país el día en que
se acaben las restricciones y se libere completamente la economía.

http://www.ddcuba.com/cultura/8501-sushi-en-la-habana

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