Friday, April 11, 2014

Dignidad con hambre o Hambre con dignidad?

¿Dignidad con hambre o Hambre con dignidad?
[10-04-2014 17:19:52]
Tuixpadre
Pseudónimo

(www.miscelaneasdecuba.net).- El 27-3-14 el carro Yutong de Ómnibus
Urbanos Número 5225 perteneciente al paradero de Palatino, en su viaje
por la ruta 13 desde la base de La Fortuna hacia el Cerro, con una
salida aproximadamente a la 1 y 45 PM, alteró su recorrido y no pasó por
los Hospitales Pediátrico William Soler y el general Nacional, dejando a
gran cantidad de potenciales pasajeros esperando en las dos paradas,
pues desde antes del medio día no pasaba ningún carro.
Eso en mis tiempos de Inspector de Ómnibus era casi Contrarrevolución,
como decir lo más grave que se pueda pensar dentro de Cuba. Este autor
lo reportó el Puesto de Mando de la Empresa correspondiente y la
receptora me informó que era la queja número 12 del día. Este extraño
suceso de indisciplina en el transporte público nos va a aportar datos
sobre cómo está la sociedad cubana de ahora mismo.

Mientras nuestro ejecutivo implementa algunos cambios sumamente lentos e
ineficientes, la realidad de supervivencia feroz en la calle dicta otros
que se asumen al margen de lo legal pues, aunque parezca excesivamente
dramático, la lucha es de vida o muerte en esta enormemente corrupta
nación que nos va a costar siglos enderezar. Les intentaré ilustrar que
subyace detrás de una aparente sencilla violación de las normas
elementales para el trabajo de un Güagüero cubano. En este suceso al
inicio narrado ¿por qué el chofer de la ruta 13 arriesga su puesto de
trabajo acortando ilegalmente su ruta, la cual más allá de un tercio del
trayecto coincide con el de la 83 en el mismo sentido?

El conductor de la 83 donde este autor se trasladaba, se mostraba muy
molesto con el de la 13 porque le estaba robando su pasaje, de eso se
trata. En Cuba todos los ómnibus de transporte público son de propiedad
estatal y sus choferes son empleados ídem. La recaudación tiene que ir a
los bancos del Gobierno. (Casi los únicos existentes). En otros momentos
de la Historia el de la ruta 83 (atrás) se hubiera alegrado pues su
ómnibus va a desplazarse menos lleno, con menos tumulto. Pero hoy es
importantísimo que los vehículos vayan repletos. El de la 13 iba
robándole los pasajeros al de la 83 que marchaba a la vista unos
segundos detrás. Uno debe depositar cuarenta centavos cuando sube en una
alcancía en la puerta de entrada, o sea, la primera. Debemos descender
por detrás.

¿Qué sucede? Pues la inmensa mayoría de los habaneros depositan en las
manos del chofer un peso entero, de papel o moneda dorada, y este solo
deposita en la alcancía los pocos centavos fraccionarios (las pesetas o
los medios) que algunos clientes acarrean. Usted puede subir con un
billete de a veinte pesos y el chofer se lo va a cambiar, pero nunca le
cambiará un peso solo. No tiene fraccionario. El chofer, como el joven
de mi ómnibus, se detiene en las paradas y primero abre la puerta
trasera para que bajen todos los necesitados, lo cual el supervisa de
pie, y solo después de su cierre, abre la delantera para dejar subir a
los pasajeros y recoger con mucho celo, en sus manos, el dinero en
efectivo que no va a parar a la alcancía, sino a su bolsillo o a algún
lugar de la pizarra del vehículo. De ahí la posibilidad de ofrecer
cambio que no es la política de la empresa.

Usted tiene que poner sus cuarenta quilos exactos o pierde el vuelto en
las alcancías selladas y supuestamente irrecuperables. Este dinero del
cual se agencia el chofer servirá para aumentar en algo el mísero
salario del profesional del timón y destinar una cantidad para pagar a
los mecánicos de la base cuando el vehículo de rompa, pues si no pagan
no aparecen las piezas y no se arregla el ómnibus. Los mecánicos también
tienen que sobrevivir, así como el Jefe de Taller, los administradores,
etc. Es norma hoy que en los ómnibus P junto al chofer viajan una o dos
personas fornidas quienes se encargan del orden y de recolectar los
pesos en la puerta delantera para que los desesperados pasajeros aborden
por las traseras que son de salida y así agilizan la tarea. Esto
supuestamente tampoco es de conocimiento de la Empresa.

Algunos de estos no empleados visten uniformes de la entidad. Los
habaneros casi siempre depositan un peso porque no existen suficientes
monedas fraccionarias, pues casi nada se paga con centavos dentro de
esta nación con un ritmo inflacionario informal atroz. La recaudación de
un ómnibus de este tipo en una vuelta completa supera dos veces y media
lo panificado debido a la diferencia de cuarenta centavos del costo
oficial del pasaje y el peso que depositamos muchos, cosa que conocen
los choferes y deciden que ese dinero sobrante no vaya a las manos del
explotador gobierno, sino a las de ellos. Este accionar viene sucediendo
hace meses. Antes de acusar a este autor de exagerar, la empresa o la
policía, o quien desee, puede colocar inspectores secretos dentro de los
ómnibus, como se hacía cuando yo era inspector, y comprobarán lo dicho
en este artículo. Lo mismo dentro de las bases. Yo personalmente
prefiero entregar directo el dinero al chofer.

Esto que les he contado está a la vista de todos. Sucede todos los días
a todas las horas en mi ciudad. Esta pequeña narración muestra levemente
hacia cuál especie de Socialismo del Siglo 21 nos movemos, o hacia cuál
especie de capitalismo feroz avanzamos a pesar de todos los esfuerzos
del gobierno por evitar la violencia que se va acumulando en las calles,
en las personas que estallan o son groseras apenas el roce, en una
juventud apática hacia todo lo nacional, comenzando por la política y la
historia de una Revolución que los ha llevado a este estado de
propaganda donde solo se habla de dignidad cuando pasamos hambre.

Source: ¿Dignidad con hambre o Hambre con dignidad? - Misceláneas de
Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/5346b6983a682e0b2c85469f#.U0el0PmSwx4

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